Recientemente hemos realizado un viaje, donde hemos visitado otra zona diferente a la que nos solemos mover, por lo que, nos hemos dejado guiar por nuestra norma de tratar de catar vinos diferentes a los que tomamos siempre.
En esta ocasión, ya que nos invitaban a una comida casera, improvisamos un vino procedente de la DO. Campo de Borja, de la región de Zaragoza. Para ello, nos hicimos con una botella del reserva 2012, Flor del Moncayo de Bodegas Borsao.
Bodegas Borsao
Reconocemos desconocer esta zona vinícola, más allá del nombre de su DO. Este fue uno de los alicientes para comprar este vino. La bodega Borsao, está detrás de este vino.
Por lo que hemos podido conocer, en esta bodega, la dirección técnica está en manos de un enólogo australiano y un importador de vinos australianos para Estados Unidos. Es quizás por eso que aunque digno no consiguió enamorar nuestros paladares.
Cata del Flor del Moncayo, reserva 2012 de Bodegas Borsao
Variedad de uva: 100% variedad garnacha.
Denominación de origen: Procedente de la DO. Campo de Borja en Zaragoza.
Características
Visualmente estamos ante un vino tinto de capa media, muy transparente de tonalidades rojo granate y brillos rojizos.
Aromáticamente es muy simple con una gran presencia de flores; Muy fresco, más de lo que podríamos esperar para un reserva.
Al paladar es bastante simple, correcto en cuanto a que no esperábamos gran cosa de él. Aunque la acidez es elevada, no termina de resultar desagradable y al final sigue siendo bastante fresco con una casi nula astringencia.
Nuestra valoración
Siendo sinceros, no esperábamos gran cosa de este vino que resultó barato y que tan solo terminó en la bolsa por el hecho de probar algo diferente. Una vez servido, le costó abrirse lo suficiente como para alcanzar su punto optimo.
En última instancia, fue el maridaje el que hizo que tuviese su minuto de gloria, llegando al grado de digno.
Propuesta de maridaje
Posiblemente este vino no diera para más. Para una carne roja de intensos sabores se hubiera quedado muy pobre, y quizás, aunque con acidez, no la suficiente para encajar con un pescado. No obstante, para unos pollitos «picones» asados, que es una carne blanca, resultó agradable.
Este vino, sin alcanzar más allá de un aprobado raspado, nos terminó resultando digno; pero no lo recomendaríamos para un gran evento, por mucho que lo denominen “reserva”. Su gran baza es el precio, que es barato. No obstante, este vino nos pasará sin pena ni gloria.
Investigando en la web del elaborador, este vino ya no está en catálogo, lo que no sabemos si es porque ya no interesa su comercialización, o bien solo se elabora para grandes superficies bajo pedido.