Queremos traeros un plato que a nosotros mismos nos sorprendió, al tratarse de un ingrediente, que de forma habitual no nos convence demasiado, pero que esta vez nos encantó. Se trata de unas alcachofas rellenas gratinadas. Un plato fácil y sencillo que realmente nos gustó, y que además, es muy aparente.
Origen de la receta
Desconocemos cómo llegó la alcachofa al recetario europeo, ya que se dan recetas en toda la cuenca mediterránea. Aunque en un principio se ha creído que podría ser una aportación islámica, por la etimología, estudios en textos grecolatinos, apuntan a una flor de hoja dura y comestibles pariente del cardo que bien podría ser la alcachofa. No obstante, sin confirmar categóricamente. Y posiblemente, nunca lo sabremos con exactitud.
Ahora bien, el rellenado de verduras y posterior gratinado es una técnica gastronómica muy asociado al mundo hebreo, aunque si bien es la cocina francesa quien refina y lo lleva con Luis XIV casi a la categoría de arte. No obstante, sobre estas alcachofas rellenas gratinadas, como mucho, podemos aproximarnos a que pueden tener un origen en el mediterráneo oriental, en algún momento entre el siglo I al siglo VII, lo que no es precisar mucho.
Ingredientes para preparar estas alcachofas rellenas gratinadas
- Corazones de alcachofas en conserva de tamaño grande.
- Champiñones laminados.
- Tiras de panceta ahumada.
- Varios dientes de ajo negro (opcional).
- Media cebolla picada.
- Harina.
- Medio vaso de leche entera fría.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal marina.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Huevos de codorniz; (opcional).
- Queso para gratinar.
Cómo preparar estas alcachofas rellenas gratinadas
1.- Vamos a preparar el relleno, así que vamos a preparar una masa espesa. Para ello, como cuando hacemos las croquetas variadas, vamos a picar con la picadora, para que quede aún más fino, la cebolla y los champiñones; que los vamos a freír en una sartén amplia con un poco de aceite de oliva y sal.
2.- Cuando empiecen a pocharse, a fuego lento, añadimos los dientes de ajo negro y la panceta en tiras, que irán soltando y aportando sus jugos.
3.- Cuando ya estén bien integrados los sabores de los champiñones, la cebolla, la panceta y el ajo negro, vamos a hacer la masa del relleno, haciendo una bechamel espesa, similar, como ya hemos mencionado, a la masa de croquetas caseras. Añadimos un cucharada grande de harina, que la vamos a freír en la grasa que hay en la sartén. Si es necesario, se añade un poco más. Y luego, iremos añadiendo leche fría, hasta conseguir la textura que más os guste, removiendo con una cuchara de madera sin parar. Es difícil espesar, se hace removiendo y dejando que evapore; no así dejarla más líquida, que se hace añadiendo más leche. Cada cual elige su punto.
4.- Cuando ya tenemos la masa a nuestro gusto, a nosotros ligeramente más espesa, empezamos con las alcachofas. Nosotros estamos usando unos corazones de alcachofas en conserva de la marca Caprichos del Mediterráneo que nos regalaron como producto gourmet. Estos corazones de alcachofas son muy grandes, por lo que son perfectos para rellenar.
5.- Vamos a escurrir las alcachofas, para que no estén tan “empapadas” del aceite. Después de unos minutos, las iremos rellenando con la masa que hemos preparado. Para que admitan más relleno, antes de rellenar con una cucharita, vamos a abrir los pétalos de la flor, para hacer más espacio. No hay que rellenar hasta arriba, hay que tratar de dejar un espacio para colocar una yema de huevo de codorniz, aunque esto es opcional.
6.- Una vez rellenas, las pondremos en una bandeja para el horno. Podremos un poco de queso para gratinar. Nosotros nos encanta la mozzarella, porque es algo grasa al fundir, pero usad lo que más os guste.
Cuando ya esté gratinado, el huevo de codorniz estará ligeramente cuajado por dentro. Tan solo tenemos que sacar y dejar que se enfríe ligeramente para añadir el toque de pimienta negra recién molida y un poco de perejil, que le dará algo de frescor y color.
Propuesta de armonía
Estas alcachofas rellenas gratinadas las hemos preparado hace ya tiempo y hemos tardado en publicarlo. Este platazo, vistoso y sabroso pide un vino fresco y afrutado. Un tinto roble o un rosado. Los vinos blancos se pueden quedar algo pobres con el sabor intenso del huevo, la panceta y el champiñón, aunque sobre gustos no hay nada escrito.
En esta ocasión, disfrutamos de este plato armonizándolo con un vino de la DOP. Cebreros; el tinto roble de la variedad Garnacha de Gredos de la Bodega Alto Alberche, más conocido como 7 Navas. Este vino lo conocimos hace años en Ávila y hemos visto una gran evolución en un vino que en cinco años ha pasado a ser algo bastante interesante. Aunque aún les falta afinar los vinos, por la evolución vista, el camino parece el adecuado.
Y vosotros, ¿Conocías esta receta de alcachofas rellenas? ¿Qué os ha parecido esta forma de preparar unas verduras que pueden resultar difíciles de tomar si no eres muy aficionado a ellas? Déjanos un comentario con tus impresiones, tu receta o si pruebas a hacerla, con el resultado.