Difícil iniciar esta entrada en la que queremos plasmar la experiencia #FeelVT en Bodegas Valtravieso, sobre todo teniendo en cuenta lo que ya han escrito varios referentes para nosotros, como son nuestros compañeros de Destino Castilla y León, pero especialmente tras la lectura de la magnífica entrada de Terroaristas.
No obstante, y ya que no nos creemos capaces de mejorar estas entradas, vamos a contaros nuestra crónica, para centrarnos en los dos maridajes más interesantes que probamos en la comida degustación.
Llegada a las Bodegas Valtravieso
Para acceder a esta bodega, hay que atravesar una carretera usada sobre todo por vehículos pesados como unos dos kilómetros que parte de la desviación que existe en la carretera que une Piñel de arriba con Piñel de abajo (la VA-VP-3013). Al llegar, impresiona una hermosa nave que forma la bodega. Desde nuestro punto de vista, en cuestiones de diseño, algunas bodegas han abusado de la funcionalidad o de la extravaganza para sus bodegas modernas.
Esta bodega, situada a 26 kilómetros de Peñafiel, en la provincia de Valladolid, puede presumir de ser la bodega a mayor altitud de toda la DO. Ribera del Duero, aunque puede que exista alguna que otra parcela a mayor altitud, pero tampoco mucho más alta. Está en un páramo de una curiosa composición, pues posee un terreno arcilloso mezclado con piedra caliza. Esto hace que los vinos de esta bodega, aún siendo de la Ribera del Duero, adquieran su propio carácter y personalidad que marca el terreno, con vinos muy minerales.
La bodega, aunque funcional, es atractiva. Responde a uno de los conceptos de la marca de ser bodega, no fábrica de vinos. Esto además se justifica cuando poseen una producción media anual de unas 600.000 botellas, muy lejos del concepto ‘fabrica’ que algunos utilizan al superar la barrera del millón de botellas.
De este inicio de la jornada, lo mejor fue disfrutar de un verdejo fermentado con sus levaduras autóctonas. Casi una novedad en un mundo de dominado por los usos de los toques tropicales.
Visita al viñedo y cata de dos añadas diferentes del mismo vino
Como hemos dicho, las parcelas de esta bodega se encuentran en un entorno muy especial, con un terreno arcilloso mezclado con canto rodado, pero solo con una profundidad de medio metro. Además, al estar en un páramo, los vientos soplan sin que nada los detenga. Esto permite sin ser ecológicos, ser lógicos. No van a ser precisos tratamientos químicos como en otras zonas para preservar la planta.
Y con este precioso cuadro, nos estaban esperando para una cata dos vinos iguales de diferente añada en medio del viñedo, donde todo nace. Catamos los crianza del 2012 y del 2013; Diferentes años que han evolucionado de forma diversa. Si bien a la añada 2013 aún le falta redondearse en botella, pero promete alcanzar un gran resultado. A la añada 2012, la encontramos como un vino bien montado y buenas características.
Visita a la bodega
Regresamos al edificio central, donde pudimos conocer las instalaciones mejor, como es la sala de elaboración. Allí depósitos más pequeños de lo habitual, permiten a Ricardo, enólogo de la bodega, ir catando casi a diario todos los depósitos para evaluar su evolución y alcanzar los toques que busca para sus vinos.
Así, pudimos catar directamente de depósitos, vinos recién elaborados; incluido el depósito que guarda un vino prensa que sigue en contacto con los hollejos. Esto hace que sea el depositario de la esencia del vino. Este depósito servirá para afinar el vino flor, ese vino elaborado que deja atrás las pieles y las pepitas. Para cualquier winelover, un momento casi mágico. La esencia del vino.
Tras esto visitamos la impresionante sala de barricas, donde no hay muchas. Esta bodega apuesta por la calidad, no por la cantidad. No obstante, sí catamos vinos que están reposando en los brazos de la madera, donde los taninos asalvajados de un vino recién elaborado se doman, para volverse sedosos al paladar. Si quieres, puedes aprender cómo se elabora el vino tinto, aquí.
Y ya hicimos una gran cata vertical de las varias líneas de trabajo que tienen en catálogo en las Bodegas Valtravieso. Con sinceridad, no era necesario ese despliegue. Afortunadamente nos hicimos con varias copas para guardar un poco de cada vino, y poder con calma, disfrutar los aromas y sabores de cada uno de los vinos.
No vamos a llegar a la exposición del gran Terroaristas, por lo que, con toda la humildad del mundo, os remitimos a su publicación sobre cada uno de estos grandes vinos. Encuentra aquí la entrada.
Comida degustación con maridaje de vinos de Bodegas Valtravieso
Ciertamente, fueron muchos vinos y muy buenos. De la gran cata inicial, nos decantamos por un Valtravieso VT 2011. Con lo que quedaba en la botella nos fuimos a comer. En un salón preparado para comer, disfrutamos unos entrantes a base de queso y embutidos ibéricos. Este VT 2011 fue magnífico, aunque solo quedaba para una copa.
Y como estamos en el corazón de Castilla, el menú tenía que tener ese carácter de sabores marcados a fuego lento, donde la leyenda y la tradición se unen. De primero nos sirvieron unas sopas castellanas. Una elaboración ligera de tomar, pero que alimenta.
Y siguiendo este menú tradicional, y posiblemente uno de los mejores complementos a un vino tinto, un lechazo asado. Aunque es algo tan sencillo, hay muchas variaciones de prepararlo. Nosotros mismos, os enseñamos una. En Bodegas Valtravieso nos tenían preparado, justo en su punto, un asado de lechazo, acompañado de una refrescante ensalada de lechuga y tomate.
Cata del monovarietal VT Tempranillo 2006
Hacemos un inciso para destacar al acompañante de este delicado manjar, una joya líquida. Un tinto monovarietal de tempranillo de la añada 2006, una de las mejores añadas en nuestro opinión, aunque no esté calificada así por el Consejo Regulador, debido a que hubo una gran producción. Impresionante.
Equilibrado en acidez, que permite un paso sedoso en boca. El tanino pulido, que deja un regusto final largo. Lo mejor de lo mejor, sin dudarlo.
De postre nos esperaba un pastel de chocolate tipo brownie. No somos especialmente amigos del chocolate, puesto que es un sabor amargo que empalaga, asfixiando los demás sabores. No obstante, nos propusieron un maridaje para este vino VT Vendimia Seleccionada 2004.
Un vino muy potente, con gran trabajo de madera, donde en la corona ya se distinguen los tonos teja. Aún así bastante subido de color en un capa media. Nuevamente Terroaristas, a petición nuestra, lo pusimos en un brete al consultarlo por su opinión de maridaje con chocolates. Según él no es posible una armonía entre el chocolate y un vino seco, ya que siempre uno acaba apagando al otro.
Bueno, nosotros, lejos de enmendar una gran exposición, nos mojamos con nuestro punto de vista. No nos gusta especialmente el chocolate, empalagándonos en seguida por sus sabores potentes, pero con este vino, se frenan estos efectos, permitiéndonos disfrutar mucho más una tarta de chocolate que anteriormente tan solo hubiéramos probado. Por lo que, desde nuestro humilde punto de vista, si son compatibles.
No obstante, en lo que sí estaremos todos de acuerdo, es que en gustos, no hay nada escrito y que cada uno tiene una percepción diferente. Lo importante, es disfrutar de cada sorbo o bocado, y en eso, Bodegas Valtravieso, nos dejó un gran sabor de boca que recordar; y eso es lo importante.
Situación de las Bodegas Valtravieso
Bodegas Valtravieso
Finca «La Revilla», s/n (ver en un mapa independiente)
47316 – Pinel de Arriba (Valladolid)
Telf.: +34 983 484 030
@.: valtravieso@valtravieso.com
Realmente una gran experiencia que gradecemos a la gestión de Ya lo cato Yo.
