Aunque ya os lo contamos hace tiempo, que no todas las pizzas usan sobre la base tomate, también está la pizza blanca, o como se dice en Italiano, pizza bianca. En esta receta, os mostraremos cómo hacer vuestra propia pizza blanca de panceta y champiñones, un básico que puede servir como base para otros tipos de pizzas.
Origen de la pizza bianca
Las Pizzas blancas son una variante de la pizza tradicional en la que se elimina el tomate sobre la base de masa. Hay quienes dicen que estas fueron las primeras versiones de la pizza, y que estas podrían venir de muy antiguo.
Ingredientes de nuestra pizza blanca de panceta y champiñones
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Cómo elaborar una pizza blanca de panceta y champiñones
1.- Partiremos de una base de masa de pizza. Nosotros la hacemos casera, tal y como ya te enseñamos hace tiempo en la entrada sobre cómo hacer una base de pizza. Aunque también puedes comprar una base fresca o directamente congelada, aunque esta última opción no esta tan buena.
2.- Vamos a preparar una bechamelle espesa que contendrá unos champiñones y trozos de panceta. Para ello, tenemos que limpiar y laminar los champiñones. En esta ocasión usamos champiñones portobello, porque son más sabrosos que los clásicos blancos, aunque igualmnte son buenos.
3.- En una sartén, salteamos con un poco de aceite de oliva virgen extra los champiñones laminados. Cuando veamos que empiezan a pocharse (porque sueltan algo de jugo y se vuelven blandos), podemos añadir la panceta, que aporta su propia grasa.
4.- Cuando el conjunto esté bien salteado en la sartén, añadimos dos cucharadas de harina blanca. La freiremos, disolviéndola totalmente.
5.- Cuando esté trabajada, añadimos poco a poco un vaso de leche fría y removemos con una cuchara que no ralle la sartén. Al inicio os dejará unos grumos, pero poco a poco y rectificando con más leche y trabajo de cuchara, se irá creando una bechamelle. Hay que ajustar la textura para que sea suficientemente fluida.
6.- Sobre la masa de pizza, repartirnos esta bechamelle que lleva los champiñones y la panceta. Podemos añadir algunas especias que te gusten, como pimienta blanca.
7.- Ponemos queso rallado. Puedes rallarlo en el momento o usar uno de bolsa y al horno, que habremos precalentado previamente.
8.- A calor medio, unos 170ºC y con ventilador, para que se reparta el calor; lo dejaremos hasta que adquiera la presencia deseada, con el queso fundido.
Dejamos reposar un minuto, para que no queme y se integren los sabores y listo para comer. Además, puedes añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra, o bien como nos gusta a nosotros, un aceite de oliva macerado con especias, como también os enseñamos hace ya un tiempo.
Propuesta de maridaje
Y ya tenemos una riquísima pizza blanca de panceta y champiñones casera. Incluso haciendo la masa ha sido relativamente rápido con el uso de batidora como te enseñamos. Tras el toque último del aceite de oliva virgen aromatizado, podemos disfrutarla.
Nuestra sugerencia con esta pizza es un vino tinto, no necesariamente un reserva. Un tinto roble (semicrianza) o un crianza de pocos meses es ideal para disfrutar de esta pizza.
Nosotros, tuvimos la oportunidad de tomarlo con un tinto procedente de Italia. El vino que tomamos es un vino de la regiós Sur de la Toscana, aunque no un chianti. Se trata del Maremma Toscana de la Cantina Sassi del Mare, embotellado para Lild. Interesante combinación, ya que aunque este vino posee un potente tanino, tampoco llega a anular la potencia de los quesos combinada con los champiñones y la panceta.
Y como te hemos mostrado, hay más vida además de la pizza con tomate. ¿Conocías esta versión de la pizza? Si has probado a hacerla en casa, déjanos un comentario con tu experiencia haciendo pizza blanca.
