Esta receta de pizza nació, a causa de un juego que los más pequeños de la casa estaban realizando en la Tablet. Consistía en hacer una pizza capricciosa casera virtualmente. Así que como si fuera un juego, propusimos hacerla, pero de verdad y luego poder comérnosla.
Y así fue cómo surgió esta receta de una pizza, que en principio no es que sea de nuestras favoritas, pero que como nos gustan todas las pizzas, también la disfrutamos. En este caso más aún, porque en la elaboración de la masa para pizza y en poner los ingredientes, participaron los más pequeños, con lo que la cena se convirtió en una pequeña fiesta en la cocina.
Origen de la receta
Al contrario de los que ocurre que la mayoría de las pizzas, cuyo origen se pierde en el principio de los tiempos, esta pizza en concreto, parece poseer un origen muy concreto, y relativamente cercano en el tiempo. Para ello, tenemos que irnos a la ciudad de Roma, a la época de “La dolce Vita”, es decir, los años 50’s del siglo pasado.
Esta pizza fue inventada por el pizzaiolo y propietario del restaurante La Capricciosa, Enea Dante Santerini. De hecho, parece ser incluso hoy, esta familia parece tener la patente corporativa de la receta. Este restaurante sigue existiendo, y está en el Via Largo dei Lombardi, 8 – Roma. Nos lo apuntamos para ir algún día.
Ingredientes de la pizza capricciosa casera
Antes que nada, os diremos que esta pizza fue una improvisación, por lo que no teníamos a mano todos los ingredientes. No obstante, en esta relación, os contaremos los originales.
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Cómo preparar una pizza capricciosa casera
1.- Cómo casi cualquier pizza, el secreto, está en la masa. Partir de una masa casera puede ser engorroso, pero con el truco que indicamos en nuestra entrada dedicada a ella, podéis comprobar que se puede hacer una forma muy sencilla, rápida y limpia, y aunque siempre hay que trabajarla un poco “a mano”, es ya la parte final.
2.- Mientras las levaduras hacen su trabajo, podemos usar ese tiempo para tener el resto de ingredientes listos para simplemente ponerlos sobre la masa. Empezaremos por laminar los champiñones. Luego, podemos cortar en cuatro los corazones de las alcachofas en conserva. Aunque originalmente se ponían aceitunas negras enteras, a nosotros nos gusta más laminarlas. También se compran ya laminadas. Lavamos las hojas de albahaca.
3.- Un truco nuestro es tras preparar la masa en una forma redonda (aunque no muy redonda no le quedo a nuestro peque), le ponemos un poco de salsa de tomate con especias y lo prehorneamos mientras vamos precalentando el horno; unos 5 minutos es más que suficiente.
4.- Tras este horneado ligero, añadimos el resto de ingredientes. En nuestro caso no añadimos las anchoas, pues no nos gustan. Pero esto una elección personal. Podéis sustituirlas por unas sardinas en conserva.
5.- Horneamos unos minutos; a 200 ºC con calor arriba y abajo, hasta que funda el queso.
Por último y antes de presentar, le damos un toque de sabor con aceite de oliva virgen extra; aunque nosotros usamos aceites de oliva aromatizados. Además del balsámico y el picante, tenemos de nuestro viaje por Sierra de Gata, unos aromatizados a la naranja, al boletus y al curry.
Propuesta de maridaje
Por supuesto, esta pizza, como otras, es fácilmente maridable con cervezas y con vinos. Muy típico es con una cerveza rubia de poco cuerpo, como las típicas italianas. Pero también con un vino tinto, con personalidad, puede hacer de contrapunto a los ingredientes.
En nuestro caso nos decantamos por en tinto crianza Valtravieso. Un vino no; un vinazo. Este vino lo abrimos anteriormente para disfrutarlo con un risotto ai fungi porcini. Siempre excelente.
Y con esto, aunque no fue totalmente fiel a la original, nuestra pizza capricciosa casera encantó a toda la familia.
¿Y vosotros? ¿Os atevéis a hacer vuestras propias pizzas? ¿Alguna vez habéis jugado con los niños a preparar cosas fáciles, como una pizza? Contadnos vuestras experiencias haciendo recetas con ellos, seguro que son súper divertidas.