Como un año más, nos encontramos con un viejo conocido de este sitio. Se trata del vino blanco verdejo de la DO Rueda. En esta entrada vamos a analizar la añada del Veliterra 2015, uno de los verdejos más interesantes del mercado por una relación calidad-precio difícilmente superable, en vinos de denominación de origen.
Siendo esta la cuarta añada consecutiva que analizamos, ya casi podemos hablar de una cata vertical de este verdejo del año, que año tras año, sigue estando entre nuestros habituales en la mesa.
Bodegas Cuatro Rayas
Como ya casi todos sabréis, este vino pertenece a la Bodega Cooperativa de La Seca, en Valladolid. También conocida como Cuatro Rayas, gracias a este vino insignia de la bodega. En el 2016 cumplen más de 75 años elaborando vinos blancos de calidad.
La línea de vinos Veliterra 2015, aunque no está etiquetada por la DO Rueda como un 100% verdejo, realmente se trata de un auténtico verdejo.
Cata del verdejo Veliterra 2015
Variedad de uva: vino blanco 100% variedad verdejo
Denominación de Origen: Perteneciente a la DO. Rueda, aunque no etiquetado como Verdejo.
Elaboración: Vendimia nocturna asistida por maquinaria. Se realiza la fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable, con removido de sus lías durante al menos 3 meses.
Características
Visualmente, responde a las características típicas de un vino verdejo joven, con una tonalidad dorada muy clara y ligeramente verdosa que nos habla de un vino muy joven. Muy limpio y transparente.
Aromáticamente, este año encontramos más toques herbáceos y especiados procedentes de la variedad verdejo, que se aleja de la línea exótica.
En boca, ajustado de acidez, lo que lo hace muy refrescante. Tiene un postgusto largo que hace salivar, y aunque hemos encontramos en el paladar los típicos toques de manzana verde, muy fresco, encontramos finalmente un gusto exótico, a plátano.
Nuestras impresiones
Este vino es uno de nuestros favoritos, y al que somos bastante fieles. Muy equilibrado y versátil, tras ya varios años, echamos de menos la pureza de aromas y gustos de la verdejo, aunque entendemos que esta línea es así. Es muy fácil de beber y no resulta cansado.
Posiblemente sea uno de los mejores vinos en cuanto a la relación calidad-precio, y aunque como ya hemos dicho, ya estamos un tanto cansados del uso de levaduras no autóctonas, la maceración con sus lías esta añada le aleja de los verdejos exóticos, para aproximarlo a los verdejos clásicos, lo que creemos un acierto.
Propuesta de maridaje
Por las características de este vino, estamos hablando de un vino muy versátil que perfectamente se puede adaptar a un vino de chateo, o para acompañar unas tapas. Fresquito es muy fácil de tomar.
Al no resultar empalagoso, perfectamente se combina con platos fríos, como con pasta o embutidos no muy curados. Ideal para un risotto. Nosotros lo tomamos con unos entrantes de ensaladilla rusa con langostinos, que aunque es el tópico del marisco, hacen una buena armonía.
Como se puede comprobar, no hace falta gastarse una gran cantidad de dinero para tomar un buen vino si se sabe escoger. Porque como hay una frase rondando por internet, “La vida es demasiado corta como para beber malos vinos”-. No obstante, hay que dar la oportunidad de probar vinos diversos, sobre todo conociendo el origen y su elaboración.
Cata vertical de Veliterra
Encuentra nuestros comentarios de cata para las diferentes añadas:
Soy un asiduo consumidor y bebedor del vino Veliterra blanco verdejo por lo cual aprecio mucho este producto, pero estoy observando que llevo unos días abriendo sus botellas y el corcho que antes era el tradicional se está cambiando por el corcho de silicona cosa que no estoy en acuerdo con ustedes dado que esta clase de corcho cambia completamente el sabor del vino por lo que sugiero que ¿por favor?
Continúen ustedes con el corcho tradicional a ser posible si no de lo contrario me veré obligado a dejar de consumir este producto.
Muchas gracias
Estimado Honorio:
Lo primero es agradecerte el comentario, esto nos ayuda a tener notoriedad.
Dicho esto, indicarte que somos un gastroblog independiente, y puedes ver nuestras impresiones disfrutando de diversos vinos de toda España, así como italianos y portugueses. (en breve también vamos “asomarnos” a algunos vinos franceses y alemanes), y por tanto NO tenemos nada que ver con la Bodega elaboradora de este vino.
Dicho esto, nosotros también somos asiduos consumidores de los vinos Veliterra (puede ver cómo hemos ido comentando cada añada desde hace 5 años). Compartimos contigo que es una pena la decisión de la bodega de cambiar el tapón a usar del corcho a la silicona, no obstante, no estamos de acuerdo con su comentario de que la silicona cambia el sabor.
Y me explico. El vino, puede evolucionar, pero para ello necesita de tiempo. Los vinos de guarda (con crianza y algunos otros especiales), necesitan un cocho, porque permite la microoxigenación, que hace que al cabo de 2 o 3 años, el vino se “redondee”. En un vino joven, que consumimos en menos de un año, el efecto de la microoxigenación es inapreciable, por lo que el efecto del corcho, la silicona, o la rosca, carece de efecto. Otra cosa es que ese vino joven se guarde por más tiempo. Entonces, la silicona encoje ligeramente, permitiendo una entrada de oxigeno no controlada, en un vino que no está preparado para ello. Lo que hace que poco a poco se pierdan esas cualidades de frescura con las que se hizo ese vino.
Pero incluso el cocho, que además para este vino, era un colmatado o aglomerado, no es capaz de retener esa entrada de aire mucho más tiempo, por lo que al final podría estropearse también ligeramente. Pero con un problema que no tiene la silicona, que además puede criar hongos, que eso sí estropea un vino de forma total.
Y por último, está el factor precio. la silicona y la rosca están costando en torno a 0,04 €, mientras que el aglomerado de corcho, 0,15 €; y el corcho natural 0,35€. Para un vino que no tiene que evolucionar, el corcho, aunque más romántico, no aporta nada.
Y si no lo hemos convencido, cambie de marca, pero siga consumiendo vinos. El vino es un alimento inherente a nuestra cultura gastronómica.
Un saludo.