Nos reencontramos con una receta clásica de la cocina española, se trata de unas gambas al ajillo. Fáciles, relativamente rápidas de preparar y muy sabrosas.
Esta receta la hemos revisado y mejorado para adaptarnos a nuestro estilo mucho más actual. En su momento nos supuso ciertas dudas, y quizás por eso nunca terminó de gustarnos del todo. Por eso y como hace tiempo, nos pidieron esta receta, pues ahora esperemos que esté más a vuestro gusto.
Origen de la receta
Esta receta es bastante popular en la cocina española, especialmente en la mitad sur de la península, aunque no en exclusiva. No obstante, por la sencillez y rapidez de elaboración, es un entrante o ración muy habitual en muchos bares y restaurantes.
Lo original es realizarlas en cazuela de barro, donde se fríe el aceite, el ajo y las gambas, aunque sea más sencillo hacerlo actualmente en una sartén y servirlo en la cazuela de barro calentada justo al instante de servir.
Ingredientes para preparar las gambas al ajillo
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Cómo se preparar unas gambas al ajillo
1.- En cierto modo, esta receta nos recuerda a las angulillas o gulas del norte. Son muy similares. Si usáis gambas congeladas, las sacaremos un buen rato antes para que se descongelen bien, aunque lo ideal es usar unas gambitas frescas buenas; que tan solo tendremos que pelarlas.
2.- Empezamos laminando 2 ó 3 dientes de ajo, o bien picarlos muy finos; A nosotros nos gustan laminados, para que se puedan encontrar luego, aunque no hay nada escrito sobre este punto. Tiene que haber sabor, aunque no apestar.
3.- Dependiendo de las guindillas que usemos, si son grandes, la picaremos en trozos más pequeños. Si fueran pequeñas, mejor deshacer con los dedos una y otra, entera. ¡Con alegría!
4.- Ponemos a calentar en una sartén aceite de oliva extra virgen, sin miedo, vamos a freír bien las gambas y el ajo.
5.- Cuando esté caliente el aceite, podemos añadir las láminas de ajo para que se empiecen a dorar ligeramente. Ojo, con no quemarlas, porque daría una amargura no deseada.
6.- Una vez que empiezan a coger color añadimos el picante que habíamos preparado, de esta forma, el aceite va a adquirir un toque alegre.
7.- Entonces ya podemos añadir las gambas peladas que habíamos preparado en el paso inicial y las dejamos reposar a fuego medio un par de minutos.
8.- Pasado ese tiempo, ya se pueden servir. Las gambas se hacen en seguida, sobre todo si son pequeñas. Se puede emplatar ya, o presentar en la sartén.
Opcionalmente se pueden añadir algunas especies complementarias, como puede ser un toque de pimientas y/o orégano.
Propuesta de presentación
La forma de presentar las gambas al ajillo es directamente en la sartén en la que se han hecho, porque si se enfrían ya no están igual de buenas. La opción ideal es hacer todo el proceso en una cazuela de barro, pero el problema suele ser en las cocinas modernas, no es posible usarlas, salvo que uséis cocinas de gas o leña.
Nuestra solución es una plancha metálica o una sartén que caliente la base de la cazuela, o bien calentar el cacharro de barro en el horno.
La idea es calentar el cacharro de barro para que no exista un salto de temperatura entre las gambas al ajillo de la sartén. Las presentamos en una cazuela de barro y decoramos con perejil fresco picado.
Propuesta de maridaje
Este plato es ideal para cualquier momento del día, ya que puede ser presentado como una tapa, un acompañante o un primer plato. Esta versatilidad hace interesantes estas gambas al ajillo como plato. También hemos dicho que se toma caliente, y lo ideal desde nuestra opinión, ligeramente picantillo.
Por lo tanto, en nuestra opinión, un vino blanco o un rosado, afrutado y muy fresco pueden ser una gran combinación. Pero igualmente, cervezas sin mucho cuerpo pueden crear una armonía perfecta para los amantes de las cervezas.
Y como te hemos mostrado, es muy fácil preparar estas gambitas. Solo resta invitaros a prepararlas en casa y que compartáis vuestras impresiones. Y como creemos, que son muy conocidas, también podéis comentarnos cómo las preparáis vosotros.